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ELEUTERIA interpone recurso contencioso-administrativo contra la ORDEN de 22 de Diciembre del Consejero de Sanidad de Canarias y solicita la suspensión cautelar
Dicha Orden requiere la acreditación de vacunación mediante certificado covid, o la exhibición del resultado negativo de una prueba diagnóstica para acceder a determinados establecimientos o actividades.
Santa Cruz de Tenerife, 30 de diciembre de 2021
La asociación ELEUTERIA expone en su recurso, además de otros argumentos, que la supuesta gravedad de la enfermedad está basada en las cifras de contagiados y no en las de hospitalizados o muertos, cuando es obvio que la gravedad de una enfermedad no puede medirse únicamente por el número de contagiados. Son estas cifras de contagiados las que se toman como pretexto para adoptar las gravosas medidas limitativas que figuran en la orden.
Los datos oficiales reflejan, en cambio, una situación carente de gravedad tal como se recoge en la página del Ministerio de Sanidad en su actualización del 23 de diciembre de 2021 y en los informes MoMo del Ministerio de Ciencia e Innovación. Según los datos oficiales, en la semana del 15 al 22 de diciembre de 2021, fallecieron por COVID 291 personas. No obstante, en ese mismo período de tiempo fallecieron 10.674 personas. Ello quiere decir que los fallecidos por COVID-19 representan sólo un 2,7% del total. A su vez, en el período entre el 8 de octubre de 2021 al 12 de diciembre de 2021 (datos recogidos en la última actualización del Ministerio de Sanidad de 23/12/21), constan que han fallecido por COVID 977 personas (829 vacunadas y 148 no vacunadas). Ello supone que el 84,85% de los fallecidos por COVID-19 estarían vacunados y el 15,14% no vacunado. Esas cifras en el total de la población resultan irrelevantes (977 muertos sobre el total de la población, significa un 0,002%).
Según los datos del Ministerio de Sanidad, en el periodo del 8 de octubre al 12 de diciembre de 2021, se han contagiado un total de 301.634 personas (238.634 vacunados y 52.435 no vacunados). De ellos, han sido hospitalizados 11.362 personas, lo cual representa un 3,7% del total. Quiere decir esto que, de todos los contagiados (único dato contemplado para justificar la gravedad emergencia), sólo se ha hospitalizado un 3,7%, lo cual significa que de todos los contagiados, un 97% no han requerido de hospitalización. Por lo tanto, no cabe hablar de situación grave que exija las terribles medidas que se están adoptando cuando sólo se hospitaliza al 3% de los casos. Y en cuanto al parámetro de los fallecidos (principal criterio para evaluar la emergencia o gravedad), y también ocultado por la administración, de los contagiados por COVID-19, sólo fallece el 0,3% (0,2% de los no vacunados y 0.3% de los vacunados).
Resultaría imprescindible, dadas las severas consecuencias que conllevan estas decisiones, que la Administración acreditara que las personas computadas están realmente infectadas por el SARS CoV-2. Ya que las medidas acordadas afectan al derecho a la igualdad (art. 14 CE), intimidad (art.18 CE), y la vida e integridad física (art.15 CE).
Además de todo lo anterior, ELEUTERIA añade que tampoco resulta acreditado que las personas computadas como positivos, estén realmente infectadas del virus del SARS CoV-2, ya que todas las decisiones tomadas en relación a esta pandemia se basan en los resultados obtenidos de los test PCR, cuya ineficacia ha sido reconocida por el propio Ministerio de Sanidad
ELEUTERIA prosigue alegando que el Certificado Covid carece de cualquier utilidad como medida tendente a evitar el contagio ya que el objetivo de los medicamentos inoculados no es evitar el contagio, tal y como refleja la información que consta en la Agencia Europea del Medicamento. Esa es también la opinión de los técnicos del Ministerio de Sanidad y de las Comunidades Autónomas, en informe emitido en el seno del último Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Además, existen distintos estudios que prueban que vacunados y no vacunados contagian y se contagian en la misma medida. La asociación afirma que, sin perjuicio de lo expuesto, no se puede perder de vista el hecho de que en realidad no se trata de una vacuna, sino de un medicamento génico en fase experimental, y con efectos adversos desconocidos.
Para concluir, desde ELEUTERIA ponemos de manifiesto que repugna al sentido común, forzar la libertad individual para administrar un medicamento en fase experimental.
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